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24 MAYO
01 JUNIO

2024

Las directoras africanas dan voz a los invisibles del continente en el FCAT 2019

‘El guerrero perdido’ llega a la sección oficial, mientras que ‘Rafiki’ o ‘Un día más con vida’ se proyectan en las secciones paralelas

Tarifa, domingo 28 de abril de 2019. La tercera jornada del 16 Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger ha estado de nuevo marcada por las realizadoras africanas.  Las directoras Naziha Arebi (Los campos de la libertad) y Reem Saleh (Lo que se siembra…). Junto al director Nasib Farah (El guerrero perdido) han participado en unos Aperitivos de Cine centrados en el poder del cine para contar realidades poco conocidas y la importancia y responsabilidad de los cineastas para dar voz a los que no tienen. El coloquio ha estado moderado por el crítico y programador Javier H. Estrada, que ha explicado que la relación primordial entre las tres películas es que, pese a hablar de realidades diferentes, todas ellas tratan sobre la búsqueda de héroes anónimos.

Reem Saleh, directora de Lo que se siembra… ha explicado que para ella la clave está en ver, no juzgar y entender, porque “para conseguir cambiar las cosas primero hay que entenderlas y verlas desde la proximidad”. La directora pasó seis años inmersa en la comunidad Al’Gamiya, lo cual le sirvió para entender de cerca la realidad de esta comunidad.

Naziha Arebi, directora de Los campos de la libertad, coincide con Saleh en que lo primordial para contar este tipo de historias es crear una relación de confianza que le permita acercarse lo más posible a la realidad. Arebi explica que escogió el tema del fútbol femenino para su película porque ella no quería destacar el activismo de las élites de la revolución en Libia, sino que le interesaban las historias de personas comunes y corrientes como la de este equipo de mujeres y su lucha particular. Para Arebi, ser cineasta conlleva la responsabilidad de visibilizar las historias invisibles para así conseguir un cambio en la sociedad.

Por su parte, el director de El guerrero perdido, Nasib Farah, ha contado que también su objetivo era contar una realidad alejada de las historias que suelen oírse en África. Al igual que sus compañeras de coloquio, este director pasó varios años trabajando en su película. Nasib Farah se adentró en las comunidades de la diáspora somalí para contar la historia de Mohammed, el protagonista de la película, un joven que intenta huir del grupo terrorista Al-shabab. El director ha tenido la oportunidad de dialogar con el público en el pase del domingo en la Iglesia de Santa María.

Al margen de la sección oficial Hipermetropía, otra de las películas del domingo ha sido Rafiki, la cinta keniata sobre que cuenta una historia de homosexualidad femenina, que fue estrenada en Cannes y prohibida en Nairobi. El tema central de la película es el amor que surge entre dos chicas adolescentes quienes, a pesar de la rivalidad política entre las dos familias, Kena y Ziki, resisten y siguen siendo amigas, apoyándose mutuamente para cumplir sus sueños en una sociedad conservadora. Pero cuando nace el amor entre las dos, no les quedará más remedio que escoger: la felicidad o la seguridad.

Rafiki se rodó en Sudáfrica y fue producida por Steven Markowitz, uno de los grandes productores de cine africano. Markowitz es también el productor de Winnie(también en programación) y de películas africanas que viajan por festivales como Stories of our lives, Love the one you love y Viva Riva! Proyectadas en anteriores ediciones del FCAT.

En la sección Homenajes, hoy se ha proyectado Dunia, dirigida por Jocelyne Saab, directora libanesa fallecida el pasado enero. La película habla de Dunia, una estudiante de poesía sufí y danza oriental en El Cairo que aspira a ser bailarina profesional y a encontrarse consigo misma. Durante un concurso, conoce al seductor Dr. Beshir, ilustre pensador sufí y hombre de letras. Con él, probará el placer de la palabra en su búsqueda del éxtasis a través de la poesía sufí, y descubrirá, en sus brazos, el placer de los sentidos. Sin embargo, deberá enfrentarse a la tradición, que destrozó su capacidad de sentir placer, para poder liberar su cuerpo y bailar con el alma.

En la sección Afroscope, se ha proyectado la película de animación Un día más con vida, ganadora del Goya a la Mejor Película de Animación. Se trata de una coproducción polaco-española que da a conocer la historia del periodista Riszard Kapuscinski y su trabajo como periodista de Guerra en la Angola de 1975. Kapuscinski es un periodista brillante, experimentado, idealista y un ferviente defensor de las causas perdidas y las revoluciones. Angola se encuentra en una sangrienta guerra civil en los albores de su independencia. Kapuscinski se embarca en un viaje suicida al centro del conflicto. Una vez más, es testigo de la dura realidad de la guerra y descubre la sensación de impotencia. Angola le cambiará para siempre.

Para finalizar, también se ha proyectado hoy la primera película en términos cronológicos de la retrospectiva Sesiones para el recuerdo: Historias afroamericanas. En cuerpo y alma es una película muda del pionero de cine afroamericano Oscar Micheaux. La acción se sitúa en un pueblo en el estado de Georgia a principios del siglo XX. La reputación sin par del reverendo Jenkins hace que se le admire profundamente. Su rebaño, dócil y confiado, sigue sus consejos al pie de la letra sin hacerse preguntas. En realidad, Jenkins es un hombre malvado y corrupto, un auténtico canalla, pero nadie sospecha de él. Un buen día decide seducir a la joven y encantadora Isabelle, pero su hermano gemelo también está enamorado de ella. Esta película, incluída dentro del género Race Movie, fue una reacción a El nacimiento de una nación de David. W. Griffith.

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